El Pabellón alemán erigido en la Exposición Mundial de Barcelona en 1929 fue una estructura imponente y un excelente ejemplo de arquitectura moderna. En este libro, el autor adopta un enfoque vivo y poco convencional del edificio, interpretando los diversos aspectos arquitectónicos, históricos y culturales que rodean la construcción. Examina los elementos físicos como las columnas, la terraza, las paredes independientes que encierran el pabellón y forman un patrón de espacios abiertos y cerrados. También considera los elementos estéticos, los materiales nobles utilizados, sus cualidades representativas y reflexiona sobre cómo el material, la estructura, el espacio y la tradición se integran en una unidad.
Texto y proyecto de Josep Quetglas
Prólogos por Rafael Moneo
Edición y epílogo por Gillermo Zuaznabar
Dibujos por Margarita Díez, Toni Sánchez, Ricardo Daza y Gillermo Zuaznabar
"Vuelvo a leer, con interés y gusto, el texto de José Quetglas sobre el Pabellón de Alemania en la feria de Barcelona de 1929, obra que consagró la figura del arquitecto Ludwig Mies van der Rohe […] Los relámpagos de lucidez que en un texto como este iluminan la compleja escena no pretenden convencer al lector de una determinada tesis, bien por el contrario, lo comprometen con el texto y lo obligan a una lectura reposada, encontrando a lo largo de ella momentos de lucidez que le harán sentirse próximo a lo que fue el drama de Mies. Un drama que puede que no quedase resuelto ni tan siquiera al cruzar el Atlántico. Leyendo el texto de Quetglas, y consciente de los relámpagos mencionados, uno agradece este modo de ver el nuevo rol del crítico", escribe Rafael Moneo en el nuevo prólogo a El horror cristalizado de Josep Quetglas, realizado especialmente para esta cuarta edición, revisada y ampliada, que ha estado a cargo del eminente profesor, comisario e investigador Gillermo Zuaznabar.
"Su forma no ha dejado de recoger y despedir, desde entonces, reflejos de distintas procedencias. ¿Hasta dónde?" se preguntaba Josep Quetglas en la salutación que redactara para presentar este libro hace ya más de treinta años, refiriéndose a sus sucesivas elaboraciones, primero como conferencia y luego como artículo hasta cristalizar en el texto definitivo. ¿Definitivo? Desde entonces, estas páginas no han cesado de reflejar la mirada con que tanto los lectores como el propio autor se acercan a él, acaso como un eco de la naturaleza ambigua y esquiva del propio pabellón.