El jurado del segundo premio Mies van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana se ha reunido en São Paulo, el dia 29 de junio de 2000 en la sala de reuniones del Museo de Arte de São Paulo.
Asisten a la reunión, su Presidente el arquitecto don Ricardo Legorreta, así como sus miembros los arquitectos doña Silvia Arango, don Enrique Browne, don João Luís Carrilho da Graça, don Dominique Perrault, don Hugo Segawa, don Jorge Silvetti, don Ignasi de Solà-Morales, así como don Lluís Hortet, director de la Fundación Mies van der Rohe, que actúa como secretario.
El jurado ha visitado entre los días 24 y 29 de junio las 6 obras finalistas que se mencionarán a continuación. Estas obras fueron objeto de selección como finalistas en la reunión previa celebrada en Barcelona los días 8 y 9 de abril en que el jurado examinó la documentación de un total de 109 obras presentadas por un grupo de 31 expertos y por las distintas Asociaciones Nacionales de Arquitectos. El Presidente abrió la sesión pidiendo a don Lluís Hortet, un comentario sobre el alcance de las bases del premio, para recordar los criterios que deberán presidir las decisiones del jurado.
A continuación el Presidente solicitó a todos los miembros del jurado una exposición valorativa de cada uno de los edificios finalistas visitados, produciéndose a continuación un amplio intercambio de opiniones en relación a los mismos. Después de este proceso el Presidente invitó a los miembros de jurado a pronunciarse sobre el edificio acreedor al premio, decidiéndose por unanimidad concederlo a la Restauración, Reforma y Adaptación del edificio de la Pinacoteca do Estado de São Paulo, obra de los arquitectos Paulo Mendes da Rocha, Eduardo Argenton Colonelli y Welinton Ricoy Torres.
El jurado valora la importancia de una reutilización de un edificio histórico en el centro de la ciudad con una profunda atención al patrimonio cultural y al significado contemporáneo de su uso museográfico. Considera especialmente relevante la inteligente reorganización de los espacios interiores, con una atractiva incorporación de los antiguos patios gracias a un elegante sistema de cubierta transparente, así mismo la riqueza espacial de los distintos ámbitos del edificio histórico ahora reorganizados en un conjunto de espacios conectados. El jurado ha considerado también muy positivas la economía de recursos utilizados en los techos, suelos y acabados de muros, así como la respetuosa conversión del edificio existente en un edificio plenamente contemporáneo. También desea que la mayor conexión prevista entre el edificio y los espacios públicos del entorno se lleve a cabo para el enriquecimiento de esta área de la ciudad y recomienda el mayor esfuerzo en la calidad de la instalación museográfica.
Por otra parte, el jurado desea hacer pública su valoración positiva del conjunto de los 11 edificios seleccionados y de los 6 edificios finalistas visitados, como demostración de la genuina vitalidad de la arquitectura latinoamericana.
En relación al edificio de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Sede de Post-grados, en Bogotá, Colombia, obra del arquitecto Rogelio Salmona, el jurado quiere destacar la seguridad en la definición de los distintos espacios que configuran el programa, la atenta definición del juego de luces y sombras y las posibilidades de utilización compleja que el edificio ofrece a la vida universitaria. Una vez más el arquitecto pone de manifiesto su reconocido talento en el uso de los materiales.
En cuanto a la Casa en Playa Bonita, en Lima, Perú, de la arquitecta Alexia León Angell, el jurado ha valorado especialmente la sobria capacidad por resolver un pequeño espacio de vivienda en un contexto convencional de residencia de vacaciones. El equilibrio entre sobriedad en la definición de los espacios y riqueza en las relaciones, ha sido entendida por el jurado como uno de los logros principales.
Por lo que se refiere a la Casa Reutter, en Cachagua, Chile, obra del arquitecto Mathias Klotz, el jurado ha visto en ella una atractiva propuesta de relación entre la casa y el paisaje y una cuidadosa definición de las formas y los detalles tanto del interior como del exterior, com un enriquecimiento de los materiales utilizados.
De la visita al Edificio Manantiales en Santiago de Chile, obra de los arquitectos Luis Izquierdo, Antonia Lehmann, José Domingo Peñafiel y Raimundo Lira, el jurado valora la inteligente respuesta a un programa convencional, a un encargo comercial y a un entorno urbano presionado por normativas e intereses claramente especulativos. La cuidada resolución tectónica del edificio constituye un argumento principal en un proyecto atento tanto a los problemas de definición volumétrica general como a los detalles.
En relación al Complejo Vacacional del Sindicato de Trabajadores en Ytú, Caacupé, Paraguay, de los arquitectos José Luis Ayala, Alberto Marinoni y Solano Benítez, el jurado ha valorado el esfuerzo paisajístico, la utilización de recursos técnicos muy económicos y la búsqueda de un equilibrio entre los valores naturales de la zona y la transformación de los mismos en área recreacional.
Al dar a conocer este veredicto, el jurado agradece la labor de los expertos y de las Asociaciones Nacionales miembros de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos queriendo dejar constancia de la importancia decisiva de su trabajo y de la necesidad que, en el futuro, la fase de información y selección pueda seguir haciéndose con la máxima amplitud posible, para así poder mejorar el cumplimiento de los objetivos de calidad, pluralidad y acerbo histórico común que el premio reconoce como característica del espacio latinoamericano en el que el premio se adjudica.