La intervención de Dietrich Neumann, profesor, arquitecto e historiador, nos propone una reflexión sobre el complejo contexto político de la génesis y ejecución del Pabellón que Ludwig Mies van der Rohe y Lilly Reich diseñaron en 1929 y su papel representativo, y pone en duda que el Pabellón fuese la simple representación de la joven democracia de la República de Weimar que a menudo se asume.
Hay muy pocas fotos del Pabellón de 1929, todas en blanco y negro, que testimonian diferentes momentos a lo largo de sus pocos meses de existencia. Entre ellas podemos descubrir algunas diferencias: la cortina roja no estaba el día de la inauguración como tampoco la palabra “Alemania” que apareció más adelante junto a los escalones y en la pared de travertino que se abre hacia el jardín, y las banderas de grandes dimensiones que se utilizaban en los mástiles del Pabellón no fueron siempre las mismas.
La bandera de Alemania, la que el país todavía utiliza hoy en día, se había introducido en 1919 con la fundación de la República de Weimar. Sin embargo, muchos conservadores, incluidos los miembros del Volkspartei alemán (DVP), aún preferían la bandera del régimen anterior, con sus franjas negras, blancas y rojas, que por ellos simbolizaban la fuerza, los logros y la estabilidad del Kaiserreich que había llegado a su fin en 1918. La búsqueda de Dietrich Neumann nos descubre que ambas banderas (que se veían inmensas) se izaron en el Pabellón Alemán.
La intervención nos invita ahora a ver de nuevo en el Pabellón algunos de estos elementos que en algún momento estuvieron u otros que hacen alusión y que quieren señalar el peso de los símbolos y la precariedad de sus reinterpretaciones históricas: las banderas, las letras que proclamaban el nombre del país y que no estaban el día que el Pabellón se inauguró, algunas fotos del 29 que fueron coloreadas a posteriori y la mesa que Mies van der Rohe y Reich diseñaron por el libro de honor.