LA EXPRESIÓN DEL PESO
La arquitectura nace para resolver el problema de un techo, de algo pesado y significante que acompaña y hace posible la experiencia humana desde tiempos remotos. Puede que el suelo sea el más antiguo elemento arquitectónico, pero el techo, por la dificultad que supone su construcción y por el significado que impone su permanencia, exige una invención que va más allá de la técnica. Ante el problema del peso resuelto, la arquitectura, a pesar de todas las restricciones que le han sido impuestas, pasa a ser una victoria; la arquitectura ha vencido porque ha convertido la construcción, toda la dificultad e improbabilidad de la construcción, en un arte. Lo cargante descansa, lo ponderado se ha hecho imponderable, las certezas se encuentran ante un halo de incertidumbre, la causalidad es puesta en crisis, y una suspensión del sentido se abre paso. Desde la arquitectura griega hasta la gótica, desde la arquitectura barroca hasta las más admirables obras y proyectos realizados por los arquitectos pioneros del Movimiento Moderno, surgen ejemplos insólitos. La expresión del peso muestra los diversos caminos que desafían la práctica constructiva y la lógica imperativa de la gravedad. Y resulta extraordinario que la arquitectura, que no cuenta con la misma libertad que la pintura o la escultura, ni que la literatura o la música, demuestre, ante los mismos estrechos márgenes que la limitan, el valor del reto al que desafía y la paradójica libertad que le pertenece.
Luis Martínez Santa-María
Madrid, 1960, es Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, 1985. Doctor Arquitecto, 2000. Beca de Formación de Profesorado y Personal Investigador en España, 1987-1990. Profesor de Proyectos Arquitectónicos en la ETSAM desde 1990.